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Sin igualdad de género no habrá desarrollo

La gran batalla por el futuro del desarrollo mundial es ideológica: se trata de decidir si la salud y derechos sexuales y reproductivos de hombres y mujeres son iguales.

La conciencia pública sobre el potencial que la igualdad de género tiene para impulsar el desarrollo está ganando terreno. Esperamos que este impulso se refleje en la sesión de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer que se celebra estos días en Nueva York y que discute la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

Los expertos que promueven la agenda de género en el desarrollo han sido reunidos por el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter. En su informe sobre «Derechos de la mujer y el derecho a la alimentación» se identifica la clara relación causal entre la igualdad de género y la mejora de la seguridad alimentaria. Es una prueba más de hasta qué punto es crucial la igualdad de género para el logro del desarrollo sostenible.

El rostro de la pobreza y la desigualdad es predominantemente femenino. Las niñas y las mujeres han sido las más afectadas por la recesión global. Sufren de manera desproporcionada en zonas en crisis, y como consecuencia de las prácticas tradicionales nocivas. El VIH y el SIDA cada vez se feminizan más. A las niñas se les suele negar el mismo derecho a la alimentación, la educación o el empleo remunerado que tienen sus hermanos, y con demasiada frecuencia se ven obligadas a casarse con hombres elegidos para ellas por otros. El embarazo y el parto – tareas exclusivamente de mujeres – son uno de los eventos más peligrosos a los que se enfrenta cualquier ser humano en el mundo en desarrollo, y constituyen la principal causa de muerte entre las mujeres jóvenes de los países en desarrollo. Sin embargo, con demasiada frecuencia a las niñas y las mujeres se les niega el apoyo y son ignoradas por la ayuda al desarrollo.
Desde el año 2000, la comunidad internacional ha reconocido que la igualdad de género es uno de los mayores desafíos que deben ser alcanzados para reducir la pobreza mundial. Tan importante, de hecho, que merece su propio Objetivo de Desarrollo del Milenio. Pero se corre el riesgo de que su complejidad y sus interrelaciones con otros ámbitos del desarrollo sean descuidadas.

Además, colocar a las mujeres en pie de igualdad con los hombres se enfrenta a los intereses creados como ningún otro ámbito del desarrollo. Acabar con el matrimonio precoz, la mutilación genital femenina o los crímenes de honor, mientras que persisten flagrantes abusos a los derechos humanos de las niñas y mujeres y se sofocan las posibilidades de desarrollo, no es una tarea fácil. Porque en algunas culturas estas prácticas son toleradas, o incluso fomentadas, en nombre de la cultura y la tradición.
También en Europa tenemos aún que avanzar. Las actitudes sexistas, las arcaicas leyes sobre el permiso de maternidad y el acceso insuficiente a plazas de guardería (por nombrar sólo unos pocos elementos) a menudo hacen la vida de las mujeres demasiado exigente en comparación con la de sus homólogos masculinos.

La Comisión Europea está empezando a expresar su opinión sobre el futuro de la agenda internacional de desarrollo. Su «Vida decente para todos en 2030», muy interesante en general, al centrarse en los aspectos «económicos, sociales y ambientales» del desarrollo parece que no va a abordar el género como uno de sus asuntos principales. También será interesante ver si este documento, o lo que le siga por parte de las instituciones de la UE, es incorporado por los tomadores de decisiones, y qué papel tendrán las mujeres en la visión de la UE sobre la agenda de desarrollo sostenible. Después de todo, hay pocos factores que contribuyan más al desarrollo insostenible que el que se niegue a las mujeres el derecho a planificar el tamaño de su familia.

Las esperanzas inmediatas recaen por tanto en la Comisión de Naciones Unidas sobre la Condición de la Mujer. Las «cuestiones centrales sobre igualdad de género a quedar reflejadas en el marco de desarrollo post-2015» se discutirá la próxima semana. Esperamos que – a diferencia del año pasado – podamos llegar a un acuerdo en 2013, y que se demuestre que los informes de algunos países regresivos que buscan mantener a las mujeres sometidas son falsos. Y esperamos que la Unión Europea y los otros líderes del mundo tomen nota de lo que se acuerde aquí.

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