Dar datos que muestren la situación real del aborto farmacológico en España es fundamental para que los debates ayuden a avanzar en el acceso al aborto seguro y para proponer medidas que acaben con las inequidades.
Que el aborto realizado con mifepristona seguida de prostaglandinas dentro de las 7-9 primeras semanas de embarazo es seguro y eficaz está indiscutiblemente avalado por la evidencia científica y reconocido por la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones internacionales y nacionales. Esto no invalida el hecho de que el método instrumental/quirúrgico, basado en diversas prácticas adaptadas al número de semanas de gestación y a las circunstancias personales, sea también seguro y eficaz y además la única alternativa aceptable a partir de las 9 semanas. Que en España el uso del aborto farmacológico es muy reducido en comparación con el de países tan próximos como Francia o Portugal, y que está sujeto a grandes variaciones entre las diferentes comunidades autónomas (CC.AA.), también es indiscutible.
Si no queremos mantener y ser cómplices de las enormes inequidades a las que se enfrentan las mujeres, es necesario ver primero las cifras e identificar lo que puede estar pasando para luego proponer medidas que mejoren la situación. Por esta razón, en el número 123 de la revista Diálogos, la ginecóloga y colaboradora de la FPFE, Isabel Serrano Fuster ofrece un análisis apoyado en datos sobre la evolución en el uso y acceso al aborto farmacológico así como en las diferencias que existen entre comunidades autónomas.
Este extracto pertenece al artículo «Mejorar el acceso al aborto farmacológico en España: datos para el cambio» publicado en el número 123 de la revista Diálogos. Para leer o descargar la revista completa, pulsa aquí.