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Fructífera jornada «Por la educación sexual en las aulas»

El encuentro ha reunido a representantes de partidos políticos, asociaciones de madres y padres, jóvenes, profesionales de la intervención social, profesores y organizaciones que hacen educación sexual.

La jornada, celebrada en Madrid el 19 de noviembre, quería poner en común los resultados de los análisis sobre los efectos de la educación sexual en los centros educativos; compartir experiencias de comunidades autónomas en las que están funcionando o poniéndose en marcha programas educativos,  y establecer un diálogo entre diversas propuestas políticas. La FPFE se felicita por el éxito de la convocatoria, que espera que contribuya a explicar mejor los beneficios de la educación sexual en los colegios e institutos, y que sirva para construir un consenso social que además incluya a las personas que están recibiendo informaciones falsas contra la educación sexual.

Drahsko Kostovski, experto en educación sexual en la Federación Internacional de Planificación Familiar en Europa (IPPF EN) y quien lleva años investigando su aplicación en los centros escolares como miembro del Grupo Europeo de Personas Expertas en Educación Sexual, ha hecho  hincapié en cómo la educación sexual, que es común en Europa, se ha ido adaptando a los cambios sociales: si en las décadas de 1950, 1960 y 1970 estaba ligada a la prevención de los embarazos no deseados, en los años 80 da un giro para ocuparse de la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, y es en los años noventa cuando se empieza a relacionar con los derechos humanos, especialmente con los derechos de las mujeres y la violencia sexual y de género, hasta llegar a una concepción más integral ya a mediados de los 2000. La propia UNESCO, con base en estudios que han analizado más de 1.000 programas de educación sexual, definía ésta como “un proceso curricular de enseñanza y aprendizaje sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad. Su objetivo es equipar a los niños y niñas y jóvenes con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los capaciten/empoderen para tener salud, bienestar y dignidad; desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas; para considerar cómo sus elecciones afectan su propio bienestar y el de los demás; y, comprender y garantizar la protección de sus derechos durante toda su vida”.

Para Drashko Kostovski es muy importante señalar que ya existen pruebas de los beneficios de la educación sexual en los países en los que se lleva unos años impartiendo. Uno de los últimos estudios es el de Evert Ketting y Olena Ivanova, realizado en 25 países europeos y de Asia Central con el liderazgo de la Federación Internacional de Planificación Familiar en Europa (IPPF EN) y el Centro Federal por la Educación sobre Salud de Alemania.  Desde su publicación ha crecido la educación sexual: en este momento, ha recordado Kostovski, es obligatoria en 12 países de los estudiados: Albania, Alemania, Austria, Bélgica, República Checa, Inglaterra (a partir de 2020), Estonia, Finlandia, Holanda, Letonia, Suecia y Ucrania. En este ultimo país la formación en educación sexual se ha convertido en obligatoria para el profesorado, y a  estos países se puede sumar próximamente Macedonia del Norte, cuyo gobierno ha decidido asignar un presupuesto específico para esta materia, siguiendo las orientaciones de la UNESCO. En opinion de Drashko Kostovski, estamos en un momento muy importante: “hemos entendido qué educación sexual es la que se necesita, temenos ya datos de sus efectos y cada vez más personas creen que hay que acabar con la violencia de género”.

Este estudio y otros muestran que la educación sexual funciona. Además de aumentar el conocimiento, se ha constatado que hace que la gente joven tenga más habilidades para relacionarse con sus iguales, con las y los profesores y con sus padres y madres. Muestran también que la educación sexual se asocia con una menor violencia de género y contribuye a que haya un mejor ambiente educativo. Por otro lado, los datos muestran que la educación sexual no conduce a una iniciación temprana de los encuentros sexuales. Kostovski pone varios ejemplos: Holanda, con educación sexual obligatoria, tiene el índice más bajo de personas de 15 años que han tenido encuentros sexuales con penetración, mientras que Bulgaria, sin educación sexual, tiene un índice muy alto. En Inglaterra y Gales, las cifras de madres adolescentes han disminuido desde que se imparte educación sexual. El estudio llevado a cabo en Europa concluye que la educación sexual, cuando se relaciona con indicadores de salud y derechos sexuales y reproductivos, se asocia siempre con niveles altos de uso de anticonceptivos modernos y con tasas muy bajas de madres adolescentes.

Otra cuestión es la calidad y contenidos de esa educación sexual. Drashko Kostovski señala que solo en 10 países esta educación es realmente integral, y que uno de  los mayores retos para la aplicación de lo establecido legalmente es la formación del y el apoyo al profesorado, a lo que hay que sumar la oposición a la educación sexual en casi la mitad de los países analizados,  en 12 países. Para este experto, hablar de educación integral no significa solo añadir temas al contenido educativo, sino también usar una diversidad de canales: “Evidentemente la educación sexual debe estar en las aulas, pero también necesitamos que esté en espacios no formales. Necesitamos seguir haciendo educación sexual en centros donde se atiende a jóvenes, en organizaciones juveniles, y no olvidar a las y los profesionales sanitarios, que tienen un papel muy importante”, y la participación de padres y madres.

Respecto a los contenidos, recomienda Kostovski tener en cuenta los asuntos emergentes relacionados con la sexualidad, y cita el mundo digital y el hecho de que las personas jóvenes pasen el 76% de su tiempo en él, con practicas cada vez más extendidas como el sexting.

Experiencias autonómicas: la difícil universalidad

La mesa redonda sobre experiencias autonómicas reunió a representantes de Asturias, Cataluña y la Comunidad Valenciana, que pusieron de manifiesto que la implantación de la educación sexual en todos los centros educativos es un proceso complejo y que el apoyo a las y los profesores es uno de los principales retos.

Así lo manifestó Diego Fernández, representante del Conceyu de la Mocedá asturiano y miembro del equipo que está construyendo los contenidos de la educación sexual: “La formación específica del profesorado, y el camino a recorrer para que la educación sexual tome la forma de una asignatura obligatoria son los principales retos en Asturias”.  Para este pedagogo la educación sexual tiene que ser asignatura obligatoria “porque es la manera de que cuente con un mínimo de horas impartidas y a lo largo de los cursos, que es lo que los datos muestran que funciona”, y de que se evalúe. Se lamenta de que sólo seis centros hayan apostado por los programas, y de que a veces las propias administraciones censuren ciertas imágenes “porque todavía hay un problema de con qué mirada” asumimos el cuerpo humano.

Respecto a los contenidos educativos sobre sexualidad, en la jornada ha habido consenso sobre que debe irse más allá de lo biológico e incluir las maneras de relacionarse, de comunicarse y de la emocionalidad y afectividad. En la dimensión afectiva hizo hincapié Inma Carpio, del departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña, quien además defendió la inclusión de la igualdad de género como un componente imprescindible. Para Inma Carpio, el hecho de que se vaya a acompañar a los centros en esta coeducación “ya es un logro”, y el reto, en un territorio donde apenas comienza su aplicación, es que se pueda sistematizar en todos los centros.

Luis Mitjans, jefe del área de Promoció i Prevenció de la Salut Sexual i Reproductiva en la Consellería de Sanitat Universal i Salud Pública de la Generalitat Valenciana, recordó un aspecto que la OMS incluye en sus recomendaciones: “que la educación sexual se vincule con las servicios de salud sexual y reproductiva para las personas jóvenes, que más allá del aula necesitan espacio amigables en los que recibir asesoramiento e información”. Mitjans lamenta que por la escasez de estos centros a veces se tenga que hacer más intervención que educación, y recuerda además que los centros privados y concertados no se están sumando a la educación sexual, por lo que la universalización se está haciendo difícil. 

Mesa de grupos políticos: ¿por un pacto de Estado?

Maribel García López, portavoz adjunta de educación y formación profesional del Grupo Socialista en la legislatura pasada, y Joan Mena Arca, portavoz de educación del grupo de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común han establecido un diálogo con las y los participantes en el encuentro. Hay que señalar que se había invitado al Partido Popular y a Ciudadanos a estar en esta mesa redonda. El primero respondió que no había ninguna persona disponible, y la representante de Ciudadanos excusó su presencia un día antes de la jornada.

Tanto la representante del PSOE como el de Unidas Podemos apuestan por la educación sexual en el aula. Maribel García aboga por un pacto de Estado por la educación que contemple tres principios fundamentales: la ciudadanía global, la mejora de la convivencia y la igualdad de género. Para ella, la educación sexual “no es una cuestión de ideología, es una cuestión de derechos humanos”, y por eso rechaza que en nombre de una supuesta libertad educativa se quiera imponer el llamado pin parental. Maribel García cree que son necesarias medidas concretas como la distribución equitativa de herramientas del aprendizaje, la educación personalizada, un plan contra la segregación escolar desde diferentes perspectivas y el aprendizaje sobre valores tanto en la educación primaria como secundaria.

Por su parte, Joan Mena defendió que la educación sexual tiene que ir más allá de la ciencia, la biología y la salud para incluir la afectividad y la diversidad entre otros aspectos, y además basarse en tres principios: suficiencia económica, participación y bien común. La inversión en educación, que ahora no llega al 4% del PIB, debe alcanzar al menos el 5%. Los centros no pueden tomar decisiones por su cuenta y de manera jerarquizada, sino que el conjunto de la ciudadanía tiene que ser tenido en cuenta. Y la laicidad debe llegar al sistema educativo y no sólo a la escuela pública. Mena afirma que hay que  derogar la LOMCE, “que nos hace retroceder muchos años”. Sobre los contenidos de la educación sexual, cita los siguientes: la prevención de las violencias sexuales y machistas; la prevención en la ámbito de la salud sexual; la visibilidad y normalización de las diversidades sexuales; el derecho al propio cuerpo, y la coeducación.

La jornada finalizó con la lectura, por parte de jóvenes y madre de jóvenes, de la carta abierta que la FPFE, junto con otras organizaciones, va a entregar a todos los grupos parlamentarios y al nuevo gobierno español, para que en esta legislatura se haga realidad que la educación sexual esté presente en todos los centros educativos.