La activista de la República Democrática del Congo nos cuenta la relación entre el extractivismo y la violencia sexual, y cómo las autoridades de ese país no aplican las leyes contra dicha violencia.
La firma de los Acuerdos de Pretoria en 2003 dio inicio a un período de transición política y de paz formal en la República Democrática del Congo, pero la violencia y las violaciones de derechos humanos continúan siendo una realidad. Las mujeres sufren de manera particularmente intensa la violencia de los grupos armados y son privadas de sus derechos más básicos, entre ellos la salud y los derechos sexuales y reproductivos. En este contexto, las organizaciones de mujeres deben realizar su labor en condiciones muy adversas y de enorme riesgo. Muchas de estas organizaciones se han agrupado para trabajar conjuntamente en la plataforma Synergie des Femmes pour les Victimes de Violences Sexuelles. Hablamos con su fundadora y presidenta, Justine Masika.
Sra. Masika, ¿cuál es la situación actual de los derechos de las mujeres en la República Democrática del Congo?
Se dice que la República Democrática del Congo es un país en post-conflicto, pero todavía estamos en guerra en el Este. Más de 150 grupos armados extranjeros y nacionales están activos, hay graves violaciones de los derechos humanos en general y de los derechos de las mujeres en particular, especialmente violaciones y violencia sexual, violación de los derechos fundamentales, desplazamiento masivo de la población, falta de infraestructuras y de médicos/as y enfermeros/as cualificados/as, detenciones arbitrarias, etc. En un sistema patriarcal, las mujeres son consideradas inferiores a los hombres, lo que hace que la promoción y el respeto de los derechos de las mujeres sea un gran reto.
El expolio de los recursos naturales ha condicionado la historia de su país y sigue siendo un factor esencial en la violencia que persiste. ¿Qué relación existe entre los proyectos mineros y la violencia, particularmente sexual, que se ejerce contra las mujeres?
El escándalo geológico de la República Democrática del Congo es que lo que debería ser una bendición para los/as congoleños/as es desgraciadamente una maldición porque estos minerales facilitan la fabricación de herramientas de comunicación a nivel mundial, pero para los/as congoleños/as lo que hay son personas que pierden la vida, mujeres que son violadas, niños que son utilizados en estos yacimientos y no pueden estudiar, niñas que son esclavas sexuales, etc. El vínculo entre la explotación de minerales y la violencia es que en la explotación de minerales no se respeta la cadena de custodia y hay grupos armados que la utilizan para abastecerse de armas.
La violencia y discriminación que padecen las mujeres están también arraigadas en la cultura patriarcal y en las normas sociales. ¿En qué consiste el trabajo que realizan desde su entidad para cambiar la mentalidad y el comportamiento de los hombres, particularmente los jóvenes?
Concienciamos sobre la masculinidad positiva para cambiar las normas discriminatorias contra las mujeres, con el fin de implicar a los hombres en la promoción de los derechos de las mujeres y en la lucha contra la violencia de género, sensibilizando y educando a sus homólogos para un cambio de comportamiento positivo que promueva la igualdad y la equidad de género. Para promover este enfoque, creamos grupos de charla o terapia de grupo donde los hombres se reúnen y discuten cómo adoptar nuevas ideas relacionadas con el cambio de comportamiento.
En su país ha habido también avances legislativos en los últimos años a favor de los derechos de las mujeres. ¿Qué legislación se ha aprobado y cuál es su grado de cumplimiento?
En la República Democrática del Congo contamos con instrumentos legales que se han puesto en marcha para promover los derechos de las mujeres, como la ley 15/013, de 1 de agosto de 2015, sobre las modalidades de aplicación de los derechos de las mujeres y la paridad. Desde la independencia es cierto que los textos están ahí pero no se popularizan ni se conocen: la ley que modifica y completa la ley 87/010, del 1 de agosto de 1987, sobre el código de la familia; la constitución de la República Democrática del Congo tiene su artículo 14, que establece que los poderes públicos velarán por la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y garantizarán la protección y promoción de sus derechos; la ley que modifica y completa la ley 015/2002 sobre el código del trabajo… Lo cierto es que estos textos legales no son aplicados por las autoridades, ni son conocidos o popularizados entre la población.
¿Qué papel desempeña la cooperación internacional española en la promoción de los derechos de mujeres en el país? ¿Qué actuaciones debería realizar para contribuir al fortalecimiento de las organizaciones de mujeres?
La cooperación internacional puede contribuir reforzando la capacidad de las organizaciones de mujeres, que no tienen fácil acceso a la financiación; para que esta sea flexible y estratégica, apoyando la dinámica de las organizaciones de la sociedad civil para lograr resultados transformadores y creando alianzas de movimientos de mujeres del Norte y del Sur.
Por: David Llorente
Área de incidencia política de SEDRA-FPFE