El pasado 8 de junio celebramos en el Centro Joven la finalización de las prácticas de estudiantes de varias universidades de la Comunidad de Madrid, que han recibido formación con nosotras para su desempeño profesional.
A lo largo de estos meses hemos contado con alumnas/os del grado de psicología de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid, estudiantes del máster de sexología de la Universidad Camilo José Cela y alumnas del experto en Sexualidad y terapia de pareja de la Universidad Autónoma de Madrid. Durante estos meses han recibido formación específica para el desempeño profesional, han participado en actividades cotidianas del Centro Joven (asesoramiento presencial, telefónico, whatsapp y online), han asistido a talleres de educación sexual, han participado en actividades de sensibilización y educación de calle y han creado e implementado sus propias actividades educativas. Todo ello bajo la supervisión y el acompañamiento de nuestro equipo de intervención.
Ha sido un curso intenso, y así lo hemos compartido en un encuentro final, acto de graduación incluido, que ponía el broche de oro a todos estos meses de trabajo y aprendizaje. “Han sido las mejores prácticas”, “a diferencia de otros compañeros, hemos podido participar en todo y nos hemos sentido arropadas por el equipo”, “hemos sido una más”, “hemos sentido que no sólo éramos un número, éramos Ale, Vera, Mónica…”.
La formación a futuros profesionales no solo es una tarea más, es un proceso que nos ayuda a construir, a mejorar y a crear lazos que influyen directamente en lo que hacemos. El aprendizaje es, siempre, bidireccional, y precisamente por eso este prácticum está tan bien reconocido siempre por el alumnado que pasa por aquí. De hecho, en muchas ocasiones se deriva la oportunidad de participar en la entidad, y este curso no ha sido diferente: muchas de ellas continuarán con nosotras, tanto participando como voluntarias en algunos de nuestros proyectos como en el Grupo Joven.
Hace poco, la UAM nos otorgaba un premio reconociendo el trabajo de la entidad en la formación del alumnado, sin duda un reconocimiento que nos emociona, nos enorgullece y nos da alas para continuar en esta labor. Pero más allá del reconocimiento institucional, lo que sí es un orgullo para nosotras es ver cómo año tras año que pasa por aquí sale con un aprendizaje y una mirada que, sin duda, deja huella.
Gracias, compañeras, por acompañarnos un año más. Sin duda, esto es solo un hasta luego.