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¿Podemos dejar de usar “madre” por defecto cuando hablamos de quienes van a abortar?

Laura Hurley, de Safe Abortion Action Fund, firma esta tribuna sobre la importancia de usar un lenguaje respetuoso e inclusivo cuando se habla del aborto. Puedes leerla aquí, y también en la revista Diálogos.

El aborto ha vuelto a estar muy presente últimamente en las noticias internacionales. Hemos podido ver los resultados positivos de campañas feministas en lugares como Argentina o Tailandia, donde se ha ampliado el derecho al aborto. Como el aborto es algo tan común en todo el mundo y, a su vez, un tema tan “caliente”, no es de sorprender que surja con regularidad en los medios de comunicación.

Como profesional de este campo, me gusta seguir este tipo de noticias y me interesa ver de qué manera se comunican los derechos reproductivos en todo el mundo. Una cosa que he notado, independientemente del continente del que venga la noticia, es que ciertas frases se repiten una y otra vez. Hay una que me molesta especialmente: “El aborto es legal para salvar la vida de la madre”.

Puede que de primeras parezca una frase bastante inocua. Es una forma habitual de referirse a las restricciones legales que la mayoría de los países siguen imponiendo sobre el aborto. Prácticamente en todo el mundo, el acceso que tenemos a los servicios para un aborto seguro está limitado a ciertas condiciones legales. E incluso en contextos muy restrictivos suele existir una cláusula que permite que se realice un aborto cuando la vida (o a veces la salud) está en peligro.

Pero si miramos con más atención veremos que la palabra “madre” aquí es problemática. No es un término neutral para hablar de personas que quieren abortar. De hecho, “madre” implica que simplemente por el hecho de estar embarazada una persona ya es una madre o una futura madre. ¿Qué nos dice esto sobre las mujeres y otras personas embarazadas que no tienen niños o sobre aquellas que puede que nunca quieran dar a luz? ¡Existe la noción de que como podemos quedarnos embarazadas, tener hijos/as y ser madres, de alguna manera ese es nuestro destino!

Esto no solo cae en la anticuada presunción de que el propósito primordial de la mujer en la vida es la reproducción, sino que de hecho es falso. No tiene sentido que los y las periodistas escriban sobre “madres” que abortan, cuando no es eso lo que quieren decir. De hecho, solo algo más de la mitad de los que abortan son padres o madres. Además de esto, la palabra “madre” está ligada al género y no vale para ciertas personas (por ejemplo, los hombres trans) que necesiten acceso al aborto.

El lenguaje que utilizamos para el aborto importa

Sólo en las últimas semanas he visto estas frases en artículos de Sudáfrica, los EE.UU. (puntos extra en este caso para la frase “padres biológicos”) e Italia. No creo que la intención sea estigmatizar la elección reproductiva de nadie, lo que creo es simplemente que los y las  periodistas repiten sin pensar una frase que se usa habitualmente, especialmente en textos legales. Cuando me he puesto en contacto con periodistas para indicarles que la palabra “madre” en este contexto no es neutral, sino que más bien está cargada de significado, normalmente rectifican el descuido con rapidez. Sin embargo, si tomamos una perspectiva más amplia, queda claro que este tipo de lenguaje tendencioso no es completamente casual.

Las organizaciones antiaborto han dedicado mucho tiempo y dinero a intentar condicionar la conciencia pública sobre el aborto. Gran parte de este trabajo se inicia en los EE.UU., pero luego se exporta a todo el mundo, en un esfuerzo por aumentar el sentimiento antiabortista y bloquear el acceso a servicios de aborto seguros y a la información.

¿Os habéis dado cuenta de que intento no describir a estos grupos como provida? Como señalé en el libro Unspeak, el término provida “apela al concepto sagrado de la vida y muestra necesariamente a tus adversarios, aquellos que piensan que el aborto debería estar disponible de forma legal, como antivida o más aún como promuerte”. Cuando repetimos lenguaje acuñado por el movimiento antiabortista, como provida o bebe nonato, estamos reforzando de forma involuntaria conceptos que socavan la elección reproductiva y la integridad corporal.

Me gustaría ver a más periodistas (y a quienes trabajamos en el campo de los derechos reproductivos y de la salud) sopesar con más cuidado el lenguaje que se usa para hablar del aborto. Las noticias deberían ser siempre lo más contrastadas, claras e imparciales posibles. Sabiendo lo habituales que son los abortos, deberíamos esforzarnos por utilizar siempre un lenguaje que sea respetuoso e inclusivo con la gente que aborta. Mientas tanto, seguiré compartiendo recursos útiles, como la guía de comunicación sobre aborto de IPPF o la guía de medios para periodistas, con la esperanza de que mejore la forma en que se representa el aborto y se habla de él. Os invito a hacer lo mismo.

Agradecemos a Laura Hurley el permiso para traducir y reproducir este artículo, y también a la Federación Internacional de Planificación Familiar, IPPF, que lo publicó aquí: https://ippf.medium.com/can-we-stop-defaulting-to-mother-when-talking-about-people-seeking-abortions-faa63ffe2636