Después de trabajar con familias y docentes, hemos entrado a las aulas de centros de educación especial en Madrid, Albacete y Málaga para escuchar y hablar sobre sexualidad con jóvenes con discapacidad intelectual.
«Siempre que preguntaba al grupo cómo iban las sesiones, hacían referencia a cosas como lo importante de que por fin alguien les hablase de esto, de los placeres y los cuerpos. Que no les juzgasen o sólo les hablasen de riesgos y de lo que no tenían que hacer».
La recta final del curso escolar ha estado marcada por la intervención, en el marco del proyecto Protégeme, en centros de educación especial y entidades que trabajan de forma directa con personas jóvenes con discapacidad, tanto en Madrid -donde se ha realizado la mayor parte de la intervención, en siete colegios- como en Albacete y Málaga.
A lo largo del año ya habíamos trabajado con profesorado y con familias, escalones previos imprescindibles para la intervención con chicos y chicas. Y, una vez superadas determinadas barreras, reticencias y miedos, hemos entrado a las aulas (literalmente y también a través de internet) para hablar con las personas jóvenes con discapacidad intelectual sobre sexualidad. El cuerpo y sus partes, los tipos de relaciones, los gestos que son adecuados e inadecuados, lo público y lo privado son temas que han estado presentes en estas sesiones, que retomaremos a la vuelta del verano.