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Atender la salud sexual y reproductiva salva vidas en los conflictos

En Ucrania se deben garantizar los derechos sexuales y reproductivos, que han sido reconocidos por la comunidad internacional en convenciones, pactos de las Naciones Unidas y organismos.

En la actualidad, más de 26 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva se han visto obligadas a abandonar sus hogares, huyendo de catástrofes naturales, hambrunas y conflictos. En medio de la terrorífica devastación que supone toda crisis humanitaria, las personas necesitan ante todo seguridad y protección. Los servicios de salud sexual y reproductiva pueden salvar las vidas de muchas mujeres y evitarles muchos sufrimientos.

En Ucrania las mujeres, una vez más, vuelven a ser un colectivo vulnerable, expuesto a las consecuencias de un conflicto de imprevisible futuro. Naciones Unidas ha calculado que son ya más de tres millones de personas las que se han visto obligadas a abandonar el país hacia los Estados fronterizos, y estima que el número irá en aumento. Una gran mayoría de estas personas son mujeres, niños y niñas, ya que los hombres no pueden abandonar el país.

Según un estudio de UNFPA de 2019, alrededor del 75% de las mujeres de este país reconoció haber sufrido algún tipo de violencia a partir de los 15 años, y una de cada tres declaró haber surido violencia física o sexual. En el actual contexto de ataques y desplazamientos forzosos, aumenta todavía más el riesgo de las mujeres y niñas de ser objeto de violencia sexual y de género.

En situaciones de conflictos armados se dificulta el acceso a servicios de salud en general y de salud sexual y reproductiva en particular, incluidos aquellos que brindan atención antes y durante el embarazo y el parto, al quedar dañados, destruidos o inaccesibles. La falta de atención a la salud sexual y reproductiva en estas situaciones supone una causa importante de morbilidad y mortalidad.

Uno de los grupos que pasa inadvertido en una guerra es el de las mujeres embarazadas. Ucrania cuenta, en cualquier momento del año, con unas 330.000 mujeres embarazadas, y se estima que 80.000 mujeres darán a luz en los próximos tres meses en el país, muchas de ellas sin acceso a atención de salud materna, lo que supone un riesgo para sus vidas.  

Jaume Nadal Roig, representante para Ucrania del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), ha señalado en un diálogo mantenido con parlamentarias/os y liderado por SEDRA-FPFE que «hay mujeres que están dando a luz en sótanos y estaciones de metro de Kiev»,  por no hablar, del aumento de abortos espontáneos causados por el estrés provocado por la guerra.

En este conflicto, se deben garantizar los derechos humanos, y consecuentemente, los derechos sexuales y reproductivos que han sido reconocidos por la comunidad internacional como derechos humanos en declaraciones, convenciones y pactos de las Naciones Unidas y diferentes organismos internacionales.

Respaldamos la posición de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo en su comunicado:
Una vez más, No a las guerras 

Nos sumamos también a las peticiones de las organizaciones de la sociedad civil de cese inmediato del conflicto y respeto al Derecho Internacional Humanitario, y solicitamos la activación del “Paquete de Servicio Inicial Mínimo” (PMSI) para salud reproductiva en situaciones de crisis. Un instrumento que recoge los estándares mínimos internacionalmente reconocidos de servicios que hay que asegurar, ante el estallido de cualquier crisis, para salvar vidas y responder a las necesidades de salud sexual y reproductiva de las poblaciones afectadas, particularmente las mujeres.